Nos referimos al sentido común.
Ese es el que pretendemos aplicar en nuestra actividad.
La sostenibilidad en nuestro sector (y en todos) no consiste sólo en construir edificios o rehabilitar espacios utilizando materiales sin tóxicos. Eso es importante por supuesto, pero ante cualquier actuación lo primero que hacemos es:
¡PARAR Y PENSAR!
Porque sostenibilidad también es:
pensar qué
podemos
aprovechar
seleccionar
lo que se puede
reutilizar
renovar solo
lo que es imprescindible
renovar
alargar la vida útil de todo,
más allá de que a nosotros ya no nos resulte de utilidad…
Son tan solo algunos ejemplos de lo que realmente supone la sostenibilidad.
La clave es imitar los ciclos de la naturaleza en los que el residuo simplemente no
existe y aplicarlos con sentido común a nuestra actividad.